Tras amenazarla la sometió sexualmente. La joven pudo enviar su ubicación GPS a un amigo.
En juicio abreviado, un docente de 61 años fue condenado a ocho años de prisión efectiva por resultar autor penal y materialmente responsable de los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado por ser cometido por una persona encargada de la educación de la víctima, en concurso real con coacción.
El juez Federico Diez, vocal de la Sala VII del Tribunal de Juicio, ordenó revocar el arresto domiciliario que venía cumpliendo el imputado y ordenó su inmediato traslado a la Unidad Carcelaria 1.
La denuncia fue presentada por la madre de la menor damnificada. Dijo que su hija concurría a una escuela de General Güemes, en horario nocturno. Un día, después de clases, la joven recibió un mensaje del acusado. En el texto le preguntaba si quería ir a comer un asado. Le aclaraba que también iba a ir otra compañera de curso. Ella accedió. El imputado la buscó en su vehículo, en la esquina del establecimiento y condujo hasta un hostal. Allí la amenazó y le advirtió que debía hacer lo que él ordenaba porque si no “le iba a pegar o le iba a pasar algo peor”.
La menor manifestó que tuvo miedo y entró. En la habitación, el sujeto la accedió carnalmente. Luego la llevó de regreso a la esquina del colegio.
Previamente, la víctima le había contado a un amigo que iba a ir a comer con el acusado y le pasó la ubicación de su celular para que supiera dónde estaba.
Cuando la damnificada descendió del vehículo, su amigo estaba allí, se acercó y ella le contó llorando todo lo sucedido.
Durante el procedimiento abreviado, la denunciante (madre de la menor) ratificó el acuerdo y prestó conformidad. Por su parte, el imputado reconoció su participación en el hecho denunciado, aceptó la pena y renunció al plazo para recurrir la sentencia.