«Al mundo le falta un tornillo» dice un tango de Julio Sosa, y a los que buscan ‘mejorar» la economía parece que también.

En medio de una catastrófica caída del nivel adquisitivo con la consecuente caída del consumo, el gobierno nacional, emitió el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) N° 731/2024que establece nuevas disposiciones que regulan la recepción de propinas por parte de los empleados de comercio dedicados a la gastronomía y holetería y habilita a que se realicen con billeteras digitales o medios de pago electrónico como tarjetas de débito y crédito.

Lejos de cuestionar el acto de la propina, ¿no debería el gobierno alentar el consumo que va en caída en bares y restaurantes?

El decreto aclara que las propinas no forman parte de la remuneración del trabajador, por lo que no podrán ser utilizadas como base para ajustar salarios ni estarán sujetas a retenciones. De igual forma, tampoco podrán realizar cobros por este concepto las entidades administradoras de tarjetas de débito, crédito, compra y similares, ni las entidades financieras y el resto de instituciones que formen parte del sistema de pagos.

En esta línea, se dispuso que las entidades “deberán facilitar a sus clientes la opción de recepción de pago con propina que permita a los consumidores añadir a la cuenta un monto y/o un porcentaje destinado a la gratificación por el servicio, no pudiendo cobrar un arancel adicional por proveer esta facilidad”.

De acuerdo a datos de la Unión de trabajadores del turismo, hoteleros y gastronómicos(Uthgra), el consumo cayó al menos un 30 por ciento durante los primeros meses del año en comparación a 2023.

«Al mundo (Argentina) le falta un tornilloQue venga un mecánico a ver si lo puede arreglar».

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