Los salteños ven cómo se les diluye el sueldo en los almacenes «amigos» del barrio.

Un breve relevamiento en barriadas salteñas muestra el descontrol que desangra las billeteras de los vecinos que ya sin ganas de cuestionar esta especulación de precios, se colocan ante el comerciante en una posicion parecida a la de las víctimas de la obra cinematográfica de Jonathan Demme,  ‘el silencio de los inocentes’, al vecino no le queda otra que sufrir la suba en silencio.

Luego de la crisis cambiaría la especulación de precios está a la orden del día en comercios de sectores más golpeados; las barriadas de la capital.

Entre los productos en los que se evidencia una variación,  en ocasiones, abismal, están el azúcar, huevos, aceite, conservas, papel higiénico, y el pan.

Pero uno de los productos donde se pudo corroborar una vergonzosa suba sin asidero fue en el maíz pelado, grano utilizado para el tradicional locro del 1 de Mayo.

De acuerdo al relevamiento en barrios de la «Gran zona Sureste» , el kilo variaba desde los $ 400, $ 450, hasta los $1000 pesos.

Los huevos, tamaño idéntico en todos los almacenes varía entre los 40, 50 hasta 70 pesos por unidad.

El aceite de girasol, que se lo encuentra en 900ml cuesta $600 en adelante. En este caso, el vecino busca hacer economía comprando aceite suelto.

La respuesta a estos aumentos se ‘justifica’ con la suba del dólar, sin embargo, economistas indicaron que en este último tiempo abundan los denominados «aumentos defensivos», reacciones apuradas a lo que se asume será el costo de reposición futuro en un contexto de inestabilidad cambiaria e incertidumbre política, ¿quién la paga? usted.

Ante este contexto habrá, además de hacer silencio, familiarizarnos con las malas palabras de «inflación, corrida cambiaria, remarcación y por sobre todo especulación».

¿Defensa del consumidor? Te la debo.

 

 

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