Foto de archivo.

Turistas y ciudadanos salteños sorprendidos por el estado de las cascadas del cerro San Bernardo.

En la jornada de ayer, como todos los días,  el cerro San Bernardo recibió la visita de turistas y familias salteñas que, en esta temporada, se encandilan por el verde furioso de los cerros y porque, como mirador más alto de la capital se puede observar casi la totalidad del valle de Lerma sin smog.

El cerro es un de los atractivos más concurridos por los turistas que pueden acceder mediante la ruta por el Portezuelo de Salta,  por las escalinatas a través del Monumento al General Martin Miguel de Güemes y por el Teleférico en aproximadamente 8 minutos. Sin embargo, ayer los visitantes de la cima capitalina manifestaron que en los últimos días un evento sorprendió a muchos y hasta causó «molestia al olfato».

El olor nauseabundo se puede sentir cuando se asciende a la ultima estación donde se comienza a percibir más fuerte; «cuando nos acercamos y cruzamos por los corredores rodeados de las cascadas es casi insoportable el olor a cloaca o agua podrida», relataron turistas.

A simple vista se puede visualizar  y corroborar que el agua es espesa y el color cada vez más amarillento, y ahora,  con un olor casi insoportable, «es una lastima porque es un pulmón verde de la ciudad pero casi no se puede respirar acá arriba», criticaron.

 

 

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