A 6 años del crimen de Jimena Salas aún no hay certezas de los culpables del brutal hecho. Ahora, el testimonio de una madre, nuevamente pone a la justicia salteña en el ojo de la tormenta. Ana María Simón asegura tener pruebas que harían caer la causa.

«La única verdad es la inocencia de mis hijos» aseguró María Simón, una mujer que decidió exponerse desde la parte acusada de uno de los casos más conmocionantes  de la provincia de Salta, el asesinato de Jimena Salas, quien recibió 47 puñaladas cuando estaba en su domicilio en la localidad de Vaqueros en el año 2017.

En un fuerte relato, María, madre de los hermanos Saavedra, acusados del asesinato, tras toparse con un procedimiento judicial que sería «irregular», y sentirse acorralada por la «injusticia» con sus hijos, decidió salir, contar y mostrar su verdad mediante una huelga de hambre que duró 6 días en Ciudad Judicial:

«Aguarde 7 meses silencio. No me quedaba otra opción por eso me encadené. Se cansaron de ensuciar a mi familia. Queríamos que escuchen nuestra verdad», comenzó a narrar María en una entrevista brindada al programa de televisión Pasaron Cosas.

«Vamos a llegar a la verdad absoluta», aseguró. 

Continuando con un relato que reviste vital importancia judicial y mediática, María no titubeó al reconstruir ese día funesto y relató que su hijo estaba trabajando como parte de las cuadrillas de Aguas del Norte, camionetas que tienen GPS, por lo cual habría pruebas del recorrido del vehículo y los lugares dónde estuvo.

«Mis hijos son inocentes. Te aseguro, por el daño que nos hicieron, que voy a llegar a la verdad» volvió a reiterar en la entrevista.

Cuando detuvieron a uno de sus hijos, pensó que no volvería a verlo; «mi hijo no pesaba más de 70 kilos lo llevaron 4 matones. Tenía un cinturón de seguridad que le quitaba la respiración» y denunció «en el CIF, donde está el Procurador Castiella, donde está Prevención contra la Tortura mi hijo sufrió los peores golpes y tortura. No lo mataron porque Dios escuchó mis rezos».

Con respecto al ADN,  que hasta ahora sería la única prueba contra uno de los tres acusados, habría sido contaminado en una inspección.

«El ADN es trucho, manoseado por las propias manos del cuerpo de Investigaciones Fiscales. Manipular el adn de un inocente es lo más sucio que puede hacer esta mal llamada justicia».

María, ante esto informó que pidió una contra prueba que sería contundente de ser permitida por la justicia:

«Con la contraprueba de ADN se les derrumba todo» pero solicitó enfáticamente «que lo haga Gendarmería».

Por su parte el Dr Arancibia, representante de la parte acusada también manifestó que los tres hermanos «no participaron» del crimen de Salas.

Entre tantas caras que vio y personas a las cuales recurrió para ser escuchada, María mencionó a la polémica abogada Zunino con quién contó que pudo dialogar: «la Dra Zunino me recibió. A ellos les faltaba escuchar esta parte de la verdad. Le dije a la Dra que no se siga engañando con las mentiras del Procurador (Castiella), de los investigadores y de los fiscales. Que tenga en cuenta nuestras pruebas» aseguró sin vacilar sobre el origen de las irregularidades.

«La verdad es la inocencia de mis hijos. Son trabajadores honrados», dijo finalizando la entrevista. 

María destacó el trabajo como una cualidad que sus hijos siguen haciendo ‘dónde se encuentren’.

De los hermanos Saavedra, Damián logró prisión domiciliaria mientras que otro se encuentra en la Alcaidía donde aún tras las rejas continúa trabajando de lo que se recibió: «sigue trabajando,  enseña música. Sigue haciendo trabajo social. El estudió en la Universidad Católica. En el norte cumplía su vocación el trabajo social», contó con nostalgia.

Ana María Simón finalizó anunciando que seguirá peleando por la verdad y aseveró, «estoy tirando todas las pruebas abajo. Mis hijos son inocentes. Todos los días me pregunto ¿cuál es el entramado de todo esto?» cuestionó.

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