Hay países donde se ve a la ratas como animales indeseados y hasta  repugnantes, pero en el país asiático esto no se ve así, antes de la pandemia las ratas de bambú chinas fueron una fuente de alimento muy buscada en el país por su «valor nutritivo».

Decenas de miles de agricultores los criaron, los chefs los cocinaron de muchas maneras, hasta en redes sociales hay tutoriales sobre «100 razones para comerlas»,  hasta que la pandemia paró el comercio de animales vivos para consumo humano.

Las ratas de bambú chinas, o «zhu shu» en mandarín, se distinguen  por su figura corpulenta y sus mejillas gordas. Esta es una especie de roedor salvaje que se alimenta de bambú, estas ratas gigantes pueden pesar hasta cinco kilogramos y crecer hasta 45 centímetros de largo.

Según la medicina tradicional china, su carne puede desintoxicar el cuerpo, mejorar las funciones del estómago y el bazo.

Fuente: Mendozapost

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