Hoy trascendió que fueron denunciadas por la iglesia y debieron retirarse para evitar una causa penal.

 

En la mañana del lunes tres mujeres de Autoconvocados Salud tomaron la decisión de encadenarse dentro de la Catedral en el marco de un reclamo por mejoras salariales.

Para renunciar a la medida de fuerza, las trabajadoras sólo solicitaban la presencia del Ministro de Salud, el Dr Federico Mangione.

Sin embargo al pasar las horas y fracasar los intentos de mediación por parte de la policía, el Arzobispado decidió denunciar a las manifestantes que desistieron del reclamo y se retiraron de la Catedral.

Las referentes, que también realizaron huelga de hambre, calificaron duramente a la iglesia salteña como cómplice de la política de turno; «al mediodía entró la Policía diciendo que había una denuncia en nuestra contra porque habíamos tomado la Catedral, pero eso no es cierto, lo único que queríamos era que la Iglesia intercediera por nosotros. Nos quieren tratar como delincuentes ahora en complicidad entre el Gobierno y la Iglesia”, manifestaron a Nuevo Diario.

Cabe recordar que días atrás, en pleno conflicto social, la Iglesia atinó a difundir un comunicado solicitando «paz y armonía», y «doliendose por trabajadores que no llegan a fin de mes».  También críticó «la austeridad de los más tienen» y llamó a la fraternidad ciudadana.

Pero, tras la resolución, poco empatica, del reclamo de trabajadoras encadenadas, en principio cerrando las puertas de la catedral y denunciando a las manifestantes, cabe preguntarse si la iglesia se posiciona como mediadora o no, porque si «predica» al poder «con este ejemplo» no vamos por «el camino del diálogo para una amistad social».

 

 

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