Un pasajero se negó a pagar el boleto y el chofer cambió el recorrido para
Cada vez más salteños suben al colectivo «a la buena de Dios», sin tener tarjeta cargada ni dinero para pagar el viaje lo que acarrea discusiones y hasta la intervención de la policía en «procedimientos» medianamente cuestionables.
Los hechos delictivos que ocurren en la vía pública comienzan a ser comunes también a bordo de los colectivos capitalinos, desde el hurto, con la modalidad punguista, hasta discusiones acaloradas con el chofer por el cobro del boleto.
En los últimos tiempos muchos usuarios abordan el colectivo sin tener cómo pagar, buscando resolver la situación al pedido de, «¿alguien tiene para pasarme la tarjeta?». Muchos usuarios que se solidarizan indican que en ocasiones «les pasan la tarjeta pero cuando les toca pagar dan de menos y otros hasta no pagan nada, ni gracias dicen», afirman.
En este marco, el fin de semana en un corredor de la zona sureste, un sujeto de aproximadamente 35 años subió al corredor 2 y se sentó sin pagar el boleto. El chofer esperó un tiempo prudencial pero al observar que el sujeto no tenia intención de buscar su tarjeta ni pedir que abonen el pasaje cuestionó el accionar pero el pasajero se negó rotundamente a pagar el boleto.
El intercambio verbal subió de tono y el chofer, ante la negativa del pasajero, decidió cambiar el rumbo del recorrido y se dirigió al destacamento más cercano. En el lugar, y tras rehusarse a pagar del boleto, efectivos solicitaron que el sujeto descienda del corredor.
El hecho trae controversias en los usuarios que abonan el servicio para llegar a destino y se ven demorados en una situación ajena, por otra parte, se cuestiona también la funcionalidad del promocionado botón antipanico de los colectivos, que tenía el objetivo de auxiliar al chofer en estas y otras situaciones.
Por lo pronto, los nuevos hechos de inseguridad que se susciten a bordo del colectivo requerirán también de nuevas disposiones y actuaciones que no perjudiquen y protejan a la comunidad a bordo del corredor y a los choferes del transporte urbano de pasajeros.